Comentario
A la caída de la tiranía volvieron a encontrarse enfrentados los miembros de la aristocracia, Iságoras, al que Aristóteles considera amigo de los tiranos, tal vez como modo de oponerlo a Clístenes, de los Alcmeónidas, familia considerada democrática y antitiránica. La lucha no se resuelve entre hetairíai, pues Clístenes, en situación de inferioridad en ese plano, acude al demos, al que, según Heródoto, trata como su hetairía. Alternativamente, Iságoras acude al rey espartano Cleómenes, con quien la familia mantenía las clásicas relaciones aristocráticas y panhelénicas de hospitalidad, xenía. Una vez más en el enfrentamiento se hallan entrelazados los conceptos de aristocracia y lucha gentilicia, de tiranía y de democracia, o búsqueda de apoyos populares, elementos que funcionan de modo contradictorio pero confluyente, para hacer comprensible la complejidad de la realidad social del momento. Iságoras, con sus amigos y el apoyo espartano, disuelve la boulé y expulsa a setecientas familias, seguramente las que formaban el entramado clientelar de los Alcmeónidas, para establecerse como dueño de la ciudad con trescientos de sus amigos. La multitud reaccionó de modo contrario, expulsó a Cleómenes y los suyos e hizo venir a Clístenes como prostates o presidente del demos y como hegemón, términos no institucionales, resultado de que el demos se había hecho dueño de la situación. Sobre estos condicionantes se inician las reformas democráticas.